Novena al Padre Pío

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San Padre Pío tenía los estigmas y es ampliamente considerado un hacedor de milagros.

Novena a las oraciones del Padre Pío

Novena al Padre Pío – Día 1

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Oh San Pío, hoy vengo a ti sabiendo que eres verdaderamente un hacedor de milagros. Como amigo cercano de Jesús, les pido que oren por estas intenciones:

(Indique aquí sus intenciones)

Rezo con las palabras del Papa Juan Pablo II mientras pido sus oraciones por mí:

“Glorioso, humilde y amado Padre Pío. Enséñanos, por favor, la humildad de corazón, porque somos contados entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre ha prometido revelar los misterios de su Reino. Ayúdanos a orar sin cesar, seguros de que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos.

“Danos ojos de fe que nos ayuden a reconocer el rostro mismo de Jesús en los pobres y en los que sufren.

“Apóyanos en la hora de la tribulación y de la prueba y, si caemos, experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Danos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

“Acompáñanos en nuestra peregrinación terrena a la patria bendita, donde también nosotros esperamos llegar para contemplar por siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

Para terminar, San Pío, recemos la oración que compusiste para confiar y confiar en la misericordia de Dios:

“Oh Señor, te pedimos confianza y seguridad ilimitadas en tu divina misericordia, y la valentía de aceptar las cruces y los sufrimientos que traen un inmenso bien a nuestras almas y a la de tu Iglesia.

Ayúdanos a amarte con un corazón puro y contrito, ya humillarnos bajo tu cruz mientras subimos al monte de la santidad, cargando nuestra cruz que nos lleva a la gloria celestial.

Que te acojamos con tanta fe y amor en la sagrada comunión, y te permitamos actuar en nosotros como deseas para tu mayor gloria.

Oh Jesús, Corazón adorantísimo y Fuente eterna del Amor Divino, que nuestra oración halle gracia ante la Divina Majestad de Vuestro Padre Celestial.

Amén.

Toda gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

¡San Padre Pío, ruega por nosotros!

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Novena al Padre Pío – Día 2

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Oh San Pío, hoy vengo a ti sabiendo que eres verdaderamente un hacedor de milagros. Como amigo cercano de Jesús, les pido que oren por estas intenciones:

(Indique aquí sus intenciones)

Rezo con las palabras del Papa Juan Pablo II mientras pido sus oraciones por mí:

“Glorioso, humilde y amado Padre Pío. Enséñanos, por favor, la humildad de corazón, porque somos contados entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre ha prometido revelar los misterios de su Reino. Ayúdanos a orar sin cesar, seguros de que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos.

“Danos ojos de fe que nos ayuden a reconocer el rostro mismo de Jesús en los pobres y en los que sufren.

“Apóyanos en la hora de la tribulación y de la prueba y, si caemos, experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Danos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

“Acompáñanos en nuestra peregrinación terrena a la patria bendita, donde también nosotros esperamos llegar para contemplar por siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

Para terminar, San Pío, recemos la oración que compusiste para confiar y confiar en la misericordia de Dios:

“Oh Señor, te pedimos confianza y seguridad ilimitadas en tu divina misericordia, y la valentía de aceptar las cruces y los sufrimientos que traen un inmenso bien a nuestras almas y a la de tu Iglesia.

Ayúdanos a amarte con un corazón puro y contrito, ya humillarnos bajo tu cruz mientras subimos al monte de la santidad, cargando nuestra cruz que nos lleva a la gloria celestial.

Que te acojamos con tanta fe y amor en la sagrada comunión, y te permitamos actuar en nosotros como deseas para tu mayor gloria.

Oh Jesús, Corazón adorantísimo y Fuente eterna del Amor Divino, que nuestra oración halle gracia ante la Divina Majestad de Vuestro Padre Celestial.

Amén.

Toda gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

¡San Padre Pío, ruega por nosotros!

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Novena al Padre Pío – Día 3

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

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Amén.

Oh San Pío, hoy vengo a ti sabiendo que eres verdaderamente un hacedor de milagros. Como amigo cercano de Jesús, les pido que oren por estas intenciones:

(Indique aquí sus intenciones)

Rezo con las palabras del Papa Juan Pablo II mientras pido sus oraciones por mí:

“Glorioso, humilde y amado Padre Pío. Enséñanos, por favor, la humildad de corazón, porque somos contados entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre ha prometido revelar los misterios de su Reino. Ayúdanos a orar sin cesar, seguros de que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos.

“Danos ojos de fe que nos ayuden a reconocer el rostro mismo de Jesús en los pobres y en los que sufren.

“Apóyanos en la hora de la tribulación y de la prueba y, si caemos, experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Danos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

“Acompáñanos en nuestra peregrinación terrena a la patria bendita, donde también nosotros esperamos llegar para contemplar por siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

Para terminar, San Pío, recemos la oración que compusiste para confiar y confiar en la misericordia de Dios:

“Oh Señor, te pedimos confianza y seguridad ilimitadas en tu divina misericordia, y la valentía de aceptar las cruces y los sufrimientos que traen un inmenso bien a nuestras almas y a la de tu Iglesia.

Ayúdanos a amarte con un corazón puro y contrito, ya humillarnos bajo tu cruz mientras subimos al monte de la santidad, cargando nuestra cruz que nos lleva a la gloria celestial.

Que te acojamos con tanta fe y amor en la sagrada comunión, y te permitamos actuar en nosotros como deseas para tu mayor gloria.

Oh Jesús, Corazón adorantísimo y Fuente eterna del Amor Divino, que nuestra oración halle gracia ante la Divina Majestad de Vuestro Padre Celestial.

Amén.

Toda gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

¡San Padre Pío, ruega por nosotros!

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Novena al Padre Pío – Día 4

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Oh San Pío, hoy vengo a ti sabiendo que eres verdaderamente un hacedor de milagros. Como amigo cercano de Jesús, les pido que oren por estas intenciones:

(Indique aquí sus intenciones)

Rezo con las palabras del Papa Juan Pablo II mientras pido sus oraciones por mí:

“Glorioso, humilde y amado Padre Pío. Enséñanos, por favor, la humildad de corazón, porque somos contados entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre ha prometido revelar los misterios de su Reino. Ayúdanos a orar sin cesar, seguros de que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos.

“Danos ojos de fe que nos ayuden a reconocer el rostro mismo de Jesús en los pobres y en los que sufren.

“Apóyanos en la hora de la tribulación y de la prueba y, si caemos, experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Danos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

“Acompáñanos en nuestra peregrinación terrena a la patria bendita, donde también nosotros esperamos llegar para contemplar por siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

Para terminar, San Pío, recemos la oración que compusiste para confiar y confiar en la misericordia de Dios:

“Oh Señor, te pedimos confianza y seguridad ilimitadas en tu divina misericordia, y la valentía de aceptar las cruces y los sufrimientos que traen un inmenso bien a nuestras almas y a la de tu Iglesia.

Ayúdanos a amarte con un corazón puro y contrito, ya humillarnos bajo tu cruz mientras subimos al monte de la santidad, cargando nuestra cruz que nos lleva a la gloria celestial.

Que te acojamos con tanta fe y amor en la sagrada comunión, y te permitamos actuar en nosotros como deseas para tu mayor gloria.

Oh Jesús, Corazón adorantísimo y Fuente eterna del Amor Divino, que nuestra oración halle gracia ante la Divina Majestad de Vuestro Padre Celestial.

Amén.

Toda gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

¡San Padre Pío, ruega por nosotros!

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Novena al Padre Pío – Día 5

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Oh San Pío, hoy vengo a ti sabiendo que eres verdaderamente un hacedor de milagros. Como amigo cercano de Jesús, les pido que oren por estas intenciones:

(Indique aquí sus intenciones)

Rezo con las palabras del Papa Juan Pablo II mientras pido sus oraciones por mí:

“Glorioso, humilde y amado Padre Pío. Enséñanos, por favor, la humildad de corazón, porque somos contados entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre ha prometido revelar los misterios de su Reino. Ayúdanos a orar sin cesar, seguros de que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos.

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“Danos ojos de fe que nos ayuden a reconocer el rostro mismo de Jesús en los pobres y en los que sufren.

“Apóyanos en la hora de la tribulación y de la prueba y, si caemos, experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Danos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

“Acompáñanos en nuestra peregrinación terrena a la patria bendita, donde también nosotros esperamos llegar para contemplar por siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

Para terminar, San Pío, recemos la oración que compusiste para confiar y confiar en la misericordia de Dios:

“Oh Señor, te pedimos confianza y seguridad ilimitadas en tu divina misericordia, y la valentía de aceptar las cruces y los sufrimientos que traen un inmenso bien a nuestras almas y a la de tu Iglesia.

Ayúdanos a amarte con un corazón puro y contrito, ya humillarnos bajo tu cruz mientras subimos al monte de la santidad, cargando nuestra cruz que nos lleva a la gloria celestial.

Que te acojamos con tanta fe y amor en la sagrada comunión, y te permitamos actuar en nosotros como deseas para tu mayor gloria.

Oh Jesús, Corazón adorantísimo y Fuente eterna del Amor Divino, que nuestra oración halle gracia ante la Divina Majestad de Vuestro Padre Celestial.

Amén.

Toda gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

¡San Padre Pío, ruega por nosotros!

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Novena al Padre Pío – Día 6

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Oh San Pío, hoy vengo a ti sabiendo que eres verdaderamente un hacedor de milagros. Como amigo cercano de Jesús, les pido que oren por estas intenciones:

(Indique aquí sus intenciones)

Rezo con las palabras del Papa Juan Pablo II mientras pido sus oraciones por mí:

“Glorioso, humilde y amado Padre Pío. Enséñanos, por favor, la humildad de corazón, porque somos contados entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre ha prometido revelar los misterios de su Reino. Ayúdanos a orar sin cesar, seguros de que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos.

“Danos ojos de fe que nos ayuden a reconocer el rostro mismo de Jesús en los pobres y en los que sufren.

“Apóyanos en la hora de la tribulación y de la prueba y, si caemos, experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Danos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

“Acompáñanos en nuestra peregrinación terrena a la patria bendita, donde también nosotros esperamos llegar para contemplar por siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

Para terminar, San Pío, recemos la oración que compusiste para confiar y confiar en la misericordia de Dios:

“Oh Señor, te pedimos confianza y seguridad ilimitadas en tu divina misericordia, y la valentía de aceptar las cruces y los sufrimientos que traen un inmenso bien a nuestras almas y a la de tu Iglesia.

Ayúdanos a amarte con un corazón puro y contrito, ya humillarnos bajo tu cruz mientras subimos al monte de la santidad, cargando nuestra cruz que nos lleva a la gloria celestial.

Que te acojamos con tanta fe y amor en la sagrada comunión, y te permitamos actuar en nosotros como deseas para tu mayor gloria.

Oh Jesús, Corazón adorantísimo y Fuente eterna del Amor Divino, que nuestra oración halle gracia ante la Divina Majestad de Vuestro Padre Celestial.

Amén.

Toda gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

¡San Padre Pío, ruega por nosotros!

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Novena al Padre Pío – Día 7

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Oh San Pío, hoy vengo a ti sabiendo que eres verdaderamente un hacedor de milagros. Como amigo cercano de Jesús, les pido que oren por estas intenciones:

(Indique aquí sus intenciones)

Rezo con las palabras del Papa Juan Pablo II mientras pido sus oraciones por mí:

“Glorioso, humilde y amado Padre Pío. Enséñanos, por favor, la humildad de corazón, porque somos contados entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre ha prometido revelar los misterios de su Reino. Ayúdanos a orar sin cesar, seguros de que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos.

“Danos ojos de fe que nos ayuden a reconocer el rostro mismo de Jesús en los pobres y en los que sufren.

“Apóyanos en la hora de la tribulación y de la prueba y, si caemos, experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Danos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

“Acompáñanos en nuestra peregrinación terrena a la patria bendita, donde también nosotros esperamos llegar para contemplar por siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

Para terminar, San Pío, recemos la oración que compusiste para confiar y confiar en la misericordia de Dios:

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“Oh Señor, te pedimos confianza y seguridad ilimitadas en tu divina misericordia, y la valentía de aceptar las cruces y los sufrimientos que traen un inmenso bien a nuestras almas y a la de tu Iglesia.

Ayúdanos a amarte con un corazón puro y contrito, ya humillarnos bajo tu cruz mientras subimos al monte de la santidad, cargando nuestra cruz que nos lleva a la gloria celestial.

Que te acojamos con tanta fe y amor en la sagrada comunión, y te permitamos actuar en nosotros como deseas para tu mayor gloria.

Oh Jesús, Corazón adorantísimo y Fuente eterna del Amor Divino, que nuestra oración halle gracia ante la Divina Majestad de Vuestro Padre Celestial.

Amén.

Toda gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

¡San Padre Pío, ruega por nosotros!

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Novena al Padre Pío – Día 8

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Oh San Pío, hoy vengo a ti sabiendo que eres verdaderamente un hacedor de milagros. Como amigo cercano de Jesús, les pido que oren por estas intenciones:

(Indique aquí sus intenciones)

Rezo con las palabras del Papa Juan Pablo II mientras pido sus oraciones por mí:

“Glorioso, humilde y amado Padre Pío. Enséñanos, por favor, la humildad de corazón, porque somos contados entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre ha prometido revelar los misterios de su Reino. Ayúdanos a orar sin cesar, seguros de que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos.

“Danos ojos de fe que nos ayuden a reconocer el rostro mismo de Jesús en los pobres y en los que sufren.

“Apóyanos en la hora de la tribulación y de la prueba y, si caemos, experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Danos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

“Acompáñanos en nuestra peregrinación terrena a la patria bendita, donde también nosotros esperamos llegar para contemplar por siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

Para terminar, San Pío, recemos la oración que compusiste para confiar y confiar en la misericordia de Dios:

“Oh Señor, te pedimos confianza y seguridad ilimitadas en tu divina misericordia, y la valentía de aceptar las cruces y los sufrimientos que traen un inmenso bien a nuestras almas y a la de tu Iglesia.

Ayúdanos a amarte con un corazón puro y contrito, ya humillarnos bajo tu cruz mientras subimos al monte de la santidad, cargando nuestra cruz que nos lleva a la gloria celestial.

Que te acojamos con tanta fe y amor en la sagrada comunión, y te permitamos actuar en nosotros como deseas para tu mayor gloria.

Oh Jesús, Corazón adorantísimo y Fuente eterna del Amor Divino, que nuestra oración halle gracia ante la Divina Majestad de Vuestro Padre Celestial.

Amén.

Toda gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

¡San Padre Pío, ruega por nosotros!

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Novena al Padre Pío – 9° día

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

Oh San Pío, hoy vengo a ti sabiendo que eres verdaderamente un hacedor de milagros. Como amigo cercano de Jesús, les pido que oren por estas intenciones:

(Indique aquí sus intenciones)

Rezo con las palabras del Papa Juan Pablo II mientras pido sus oraciones por mí:

“Glorioso, humilde y amado Padre Pío. Enséñanos, por favor, la humildad de corazón, porque somos contados entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre ha prometido revelar los misterios de su Reino. Ayúdanos a orar sin cesar, seguros de que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos.

“Danos ojos de fe que nos ayuden a reconocer el rostro mismo de Jesús en los pobres y en los que sufren.

“Apóyanos en la hora de la tribulación y de la prueba y, si caemos, experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Danos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra.

“Acompáñanos en nuestra peregrinación terrena a la patria bendita, donde también nosotros esperamos llegar para contemplar por siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

Para terminar, San Pío, recemos la oración que compusiste para confiar y confiar en la misericordia de Dios:

“Oh Señor, te pedimos confianza y seguridad ilimitadas en tu divina misericordia, y la valentía de aceptar las cruces y los sufrimientos que traen un inmenso bien a nuestras almas y a la de tu Iglesia.

Ayúdanos a amarte con un corazón puro y contrito, ya humillarnos bajo tu cruz mientras subimos al monte de la santidad, cargando nuestra cruz que nos lleva a la gloria celestial.

Que te acojamos con tanta fe y amor en la sagrada comunión, y te permitamos actuar en nosotros como deseas para tu mayor gloria.

Oh Jesús, Corazón adorantísimo y Fuente eterna del Amor Divino, que nuestra oración halle gracia ante la Divina Majestad de Vuestro Padre Celestial.

Amén.

Toda gloria sea al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre será, por los siglos de los siglos.

¡San Padre Pío, ruega por nosotros!

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.